
No consigues encontrar eso que te haga plantar las raíces, y al principio te sientes un poco raro. Hasta que te das cuenta de que cada día te cruzas con mucha gente como tu, que ha estado en todas partes y tiene planeado quedarse aquí un poco mas y dentro de poco...irse a algún otro sitio.
Y así es que me despierto algunas noches, y te miro ahí dormida, sorprendido aun de que aquí estemos los dos.
Entonces me estiro y me alejo poco a poco, sin hacer ruido, y te observo un ratito siguiendo cada uno de tus contornos con la mirada.
Después vuelvo contigo, y tu aroma suave y tu calorcito bastan para que me acurruque y de nuevo, cierre los ojos y me duerma, tranquilo, sintiéndome por fin... en casa.