martes, octubre 25, 2005

Quizás un poco...


Image Hosted by ImageShack.us




Aunque no lo parezca, una playa no es algo tan distinto a un desierto.
Sobre todo si está vacía.

Y es caminando por esa playa vacía, cuando tipos como yo, con mis rizos, y mis ojos claros, esperamos que tras la próxima duna haya una maquina voladora muy fea averiada, y un niño grande golpeándola con su martillo.
Preparado para, quizás contarnos su punto de vista sobre un mundo en el que las cosas importantes no se pueden contar con los dedos.

En realidad, caminar solo por la playa sólo tiene sentido si esperas que alguien o algo te dibuje tu cordero dentro de la caja. Que alguien o algo te haga dar con eso que estas buscando que a veces es, precisamente, eso de lo que huyes un poco.

Y es cierto.
A mi caminar por esta playa me hace ver que ya no te echo de menos.
Que la vida sin ti tampoco está tan mal, y que en realidad esta resultando más fácil de lo que parecía.

Así pasan las horas, llega mi momento favorito del día y me siento tranquilamente a ver la puesta de sol. En nuestro planeta bastaba con mover un poco la silla para ver otra puesta de sol ¿recuerdas?

Cae la noche, y la luna me mira cariñosa con esa cara de queso. Y las estrellas, que se hicieron amigas nuestras en todas aquellas noches juntos siguen guiñándome el ojo con cariño.

Decido recordar viejos tiempos. Estirar los brazos para tocar la luna y acunarla como hacíamos juntos (para los que no lo sepáis, la luna tiene tacto de sandia), y coger unas pocas estrellas para que mientras la acuno me hagan ruido de cascabeles.

Pero… que curioso… ¡no llego!

…de hecho…

…que lejos esta todo lo que brilla…

…que diferente es esto sin ti…

…quizás…

…en el fondo…

…sí te echo...
...un poquito de menos…

No hay comentarios: