viernes, noviembre 18, 2005

todos los derechos reservados

te reservo el derecho de vivir dentro de mis ojos, y el de hacerme sonreir siempre que quieras.

tambien el de ser el universo de mis caricias y a hacer de mis mejillas la pista de aterrizaje de tus labios de cereza.

como no, el de entrar en mi corazon por la puerta grande, aunque de vez en cuando sepas escapar de el por cualquiera de sus grietas. Se que se allí a veces se cuela el aire frio, pero ya sabes lo que pasa con estas cosas que se han caido ya de tantas manos.

te garantizo tambien el derecho a estar en cada palabra que salga de mis labios, y a que cada una de las que tu lanzas suavemente desde tu sonrisa, antes de llegar a mis oidos, se pueda dar un paseito por todo mi cuerpo, poniendo a temblar mis piernas, y haciendo en mi estomago todos aquellos nudos que te enseñaron los marineros en tus tiempos de sirena, para acabar diciendome cualquier cosa, de ese modo que solo tu sabes...

y con esos derechos, te reservo los demas, todos esos que tu elijas, todos los que hagan falta para que tus ojos me miren siempre con brillo de sonrisa y mis abrazos te los guardo para abrigarte en esos dias de verano en los que unos siente todo ese frio viendo pasar a la gente que anda de prisa camino al trabajo o a casa a ver la tele.

te reservo todos, sin quedarme ni uno, porque son como todas estas cosas que escribo, o que cuento, o que imagino. cosas que como un iman buscan a otro para atraerse, te buscan a ti para sentirse completas. miles de palabras que lanzo y que, en tus silencios, son capaces buecear en lo profundo de tus ojos oscuros, para buscar un camino, ese tan estrechito de entrada que dejaron esos especuladores frios al hacer sus autopistas de salida de tu corazón intentando llevarse congelado todo eso que un dia parecía que te daban.

quizas yo llego con poca cosa. canicas, animalitos de papel y caramelos en los bolsillos. pero tambien traigo una sonrisa pintada en la cara, con pintura fresca, para de un beso grande grande, dejartela marcada a ti tambien sobre esa carita triste, y asi, sonrientes los dos, tumbarnos tranquilamente en este campito, agarrados de la mano, a buscar corazones entre los animales del zoo de las nubes.

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